Hace unos días tuve el inmenso placer de ser invitado al programa 3 lecciones para aprender con gerentes, que es conducido de forma magistral por Cristina Arbeláez y Miguel Jaramillo. El formato me gustó tanto que quise escribir un pequeño extracto de lo que sucedió en el proceso como puntos de partida de este blog en el que hablaremos de nuestro propósito de mejorar la sociedad a través de la sabiduría colectiva y compartiremos píldoras de esa sabiduría que pueden ser de utilidad en el trabajo diario.

El proceso empezó semanas atrás cuando Miguel me extendió la invitación a su programa; no dudé ni un instante aprovechar esta oportunidad de compartir algo de mi historia en el mismo espacio en el que antes había visto y escuchado lecciones fabulosas de grandes invitados. Si bien al inicio estaba indeciso sobre cuál de los tantos temas que me interesan elegir, al acercarse el día de grabar fui teniendo cada vez más claro que quería dejar tres lecciones sobre el poder de la abundancia y la magia del dar, ya que ambas cosas se han manifestado de formas repetidas, claras y maravillosas durante toda mi vida.

Ya el día de la grabación, después de la respectiva presentación personal en la que resumí en un par de minutos una bendecida carrera de más de 25 años como consultor en gestión y tecnología, en la que he tenido la oportunidad de hacer desde proyectos individuales de un par de días hasta transformaciones inmensas de años e involucrando a cientos de personas, trabajando con y para clientes de casi todas las industrias, en más de 30 países, entramos en materia y empezamos a hablar de las tres lecciones que quería compartir.

Lección 1. El universo es abundante y siempre vamos a encontrar lo que necesitamos (que no siempre es lo que deseamos)

Independiente de las creencias que cada persona pueda tener, con la gran mayoría de los seres humanos con los que he hablado en mi vida estamos de acuerdo en que existe y somos parte de algo mayor a nosotros. Eso, que yo llamo el universo, es abundante, tiene todo lo que necesitamos y nos los acerca en el momento correcto y de la forma adecuada, ni antes ni después, ni más ni menos. A veces esperamos que suceda algo específico que no se da o nos suceden cosas por completo inesperadas, nos cuestionamos por qué a nosotros, nos frustramos e incluso podemos llegar a deprimirnos, pero una vez pasa el tiempo, cuando podemos adquirir perspectiva de las cosas, nos damos cuenta que eso que sucedió era lo que tenía que suceder y que la vida siguió, trayendo más cosas buenas y más aprendizajes. Al final, en nuestro control solo está el actuar, ojalá de la mejor forma posible, y confiar.

Lección 2. Todos tenemos regalos para dar y siempre hay personas que necesitan lo que nosotros tenemos

Tengo la gran fortuna personal de haber crecido en un hogar en el que, quizás con más frecuencia de la quisiera un niño, faltaron las cosas materiales pero, al mismo tiempo, en el que siempre tuvimos de sobra educación, principios y humanidad, enseñado por nuestros padres, cada uno a su estilo y con sus propias luces y sombras. Una de las cosas que aprendí desde muy pequeño es que todos tenemos cosas las que otros carecen y en realidad necesitan. No se trata solo de dar lo que sobra, se trata de dar lo que tenemos, especialmente cuando no nos sobra, pero que sabemos que otros lo necesitan aún más que nosotros. Desde una sonrisa sincera, una palabra de aliento, una ayuda económica puntual, una enseñanza desinteresada, una escucha sincera, hasta grandes proyectos filantrópicos que cambian la vida de muchas personas, hay gran cantidad de formas en las que podemos y debemos hacer fluir esos dones que la vida nos ha dado para que otros puedan también tener acceso a sus beneficios

Lección 3. Una persona u organización sola nunca va a poder cambiar el mundo, pero una comunidad alineada a un propósito puede cambiar el mundo de muchas personas

Este gran mundo en el que vivimos está lleno de grandes retos y oportunidades, especialmente en nuestros países Latinoamericanos, donde todos los días vemos cosas casi de libro de ciencia ficción que nos hace cuestionar la misma razón de seguir aquí trabajando cada día. Tengo claro que una persona sola es imposible que pueda cambiar la realidad, pero tengo aún más claro que un grupo de personas alineado a un propósito superior y compartiendo unos principios que los haga poner sus conocimientos, experiencias, tiempo y demás recursos al servicio de un objetivo que busque mejorar la realidad, no solo de ellos sino en especial de aquellas personas que no suelen tener recursos, puede hacer que el actuar en comunidad sea inconmensurable y maravilloso.
 
Para terminar, me pidieron un mensaje para compartir a modo de cierre y recordé una vez que el gran Ariel Brailovsky, parafraseando a Martín Lutero cuando hablaba de la responsabilidad sobre lo que se dice y lo que no, dijo algo que me quedó grabado a fuego y me cambió la forma de pensar y de actuar por completo:

Creemos ser responsables solo por lo que hacemos cuando, en realidad, también somos responsables por lo que NO hacemos, y por todas las vidas que dejamos jodidas por esa inacción.

Por eso hoy nace weesdo, una solución creada por y para quienes creemos de forma sincera que el conocimiento y la experiencia en consultoría y gestión empresarial son recursos abundantes que hay que hacer llegar a quien los necesite de la manera más fácil, rápida y económica posible para que ningún proyecto productivo tenga que cerrar por falta de know-how. 

Si te interesa esta misión, te invito a continuar la conversación conmigo en Twitter en @jorgelozanom y a seguir la evolución de este nuevo proyecto en @weesdo.

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